BOGOTÁ, 7 Agosto.– Una antigua disputa limítrofe entre Colombia y Perú ha resurgido con fuerza tras las declaraciones del presidente colombiano Gustavo Petro, quien acusó a Lima de apropiarse indebidamente de la isla Santa Rosa, una formación fluvial ubicada en el río Amazonas y reclamada como parte del territorio nacional.
En un contexto de distensión diplomática tras meses de tensión, Petro denunció que Perú estaría incumpliendo acuerdos binacionales y ocupando una zona que, según Bogotá, le pertenece. La respuesta del gobierno de Dina Boluarte fue tajante: no cederán “ni un metro” de lo que consideran su legítimo territorio.
La isla Santa Rosa, con más de 3.000 habitantes, surgió en el siglo XX y es actualmente administrada por Perú, que recientemente la convirtió en distrito bajo el nombre de “Santa Rosa de Loreto”, decisión que Colombia ha rechazado. Según Lima, la isla es una escisión natural de la isla Chinería, asignada a Perú por una comisión binacional en 1922.
Colombia, en cambio, argumenta que dicha isla no existía cuando se firmaron los acuerdos fronterizos de 1922 y 1934, por lo que solicita abrir un nuevo proceso de asignación, dado que la formación geográfica emergió después de la delimitación oficial.
La región es estratégica: se encuentra frente a la ciudad colombiana de Leticia, capital del departamento del Amazonas, y enfrenta desafíos como narcotráfico, trata de personas y una notoria escasez de presencia estatal. Un informe del Congreso peruano señala que muchos residentes cruzan regularmente a Leticia o a otras localidades para acceder a salud, educación y servicios notariales.
Las tensiones han escalado pese a los intentos de ambos gobiernos por recomponer relaciones tras el retiro del embajador peruano en marzo, en respuesta a lo que consideraron comentarios injerencistas de Petro sobre el encarcelamiento del expresidente Pedro Castillo.
El mandatario colombiano ha decidido trasladar este jueves el acto protocolario de conmemoración del Día de la Batalla de Boyacá desde su tradicional ubicación en el centro del país hasta Leticia, como gesto simbólico para reforzar el reclamo de soberanía.
La frontera entre Colombia y Perú se extiende a lo largo de 1.626 kilómetros, gran parte de ellos trazados sobre el caudaloso río Amazonas, cuyo curso ha sido históricamente usado como línea divisoria natural. El surgimiento de nuevas islas como Santa Rosa, sin embargo, desafía los límites establecidos hace casi un siglo y amenaza con revivir conflictos geopolíticos dormidos.








