La Paz, 6 de noviembre de 2025.– La ex presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, fue liberada este jueves después de permanecer cuatro años y siete meses en prisión, tras la anulación de la sentencia de diez años que pesaba en su contra por el caso denominado “Golpe de Estado II”, relacionado con la crisis política de 2019 que culminó con la renuncia de Evo Morales.
Áñez abandonó la cárcel de Miraflores a las 11:00 de la mañana, ondeando una bandera boliviana y acompañada por sus dos hijos, mientras una multitud de seguidores la recibía entre aplausos, flores y pancartas de apoyo. “Jamás voy a arrepentirme de haber servido a mi patria, cuando mi patria lo necesitó. Ese es el compromiso que todo boliviano que ama a su patria tiene que hacer”, declaró emocionada ante la prensa y sus simpatizantes, reafirmando “la buena fe y la convicción” con las que asumió la Presidencia en 2019.
El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) anuló el miércoles la condena impuesta en junio de 2022, disponiendo su liberación inmediata tras aceptar una revisión extraordinaria de sentencia presentada por su defensa. Los abogados de Áñez argumentaron que el proceso debía haberse llevado a cabo mediante un juicio de responsabilidades, y no en la vía ordinaria.
“En este país jamás hubo un golpe de Estado, lo que hubo fue un fraude electoral”, insistió la ex mandataria al salir del penal, en referencia a las denuncias de irregularidades en los comicios de 2019, cuyo resultado fue anulado por la OEA tras detectar manipulación en el conteo de votos.
Durante su encarcelamiento, Áñez denunció haber sido víctima de persecución política y haber recibido un trato “como una verdadera delincuente, sin compasión alguna”. También afirmó que su liberación solo fue posible “cuando se fue el monstruo”, en alusión a la derrota del Movimiento al Socialismo (MAS) en las recientes elecciones del 17 de agosto.
La detención de la ex presidenta fue objeto de amplio debate nacional e internacional. Organismos de derechos humanos, entre ellos la CIDH y Amnistía Internacional, expresaron preocupación por la falta de garantías procesales y las condiciones de su reclusión. El caso avivó las tensiones sobre la judicialización del conflicto político y las responsabilidades derivadas de la represión militar durante las primeras semanas de su gobierno, que dejaron más de 30 muertos según el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI).
Su liberación ha generado reacciones divididas. Mientras sectores oficialistas y activistas de derechos humanos anunciaron nuevas acciones para exigir justicia por las víctimas de Sacaba y Senkata, líderes opositores dentro y fuera de Bolivia celebraron lo que consideran un acto de reparación judicial.
Entre las muestras de apoyo destacó el mensaje de la líder opositora venezolana y Premio Nobel de la Paz 2025, Corina Machado, quien escribió: “Celebro la anulación de la injusta sentencia que te quitó la libertad por cinco largos años. Tu ejemplo de resistencia y coraje es reconocido en Bolivia y toda la región”.
Se prevé que Jeanine Áñez permanezca en La Paz durante los próximos días y participe este sábado en el acto de posesión del presidente electo Rodrigo Paz, antes de viajar a su natal Trinidad, donde planea reencontrarse con su familia tras casi cinco años de encarcelamiento.








