Miami (EE.UU.), 1 Nov.- Familias de bajos recursos y personas mayores acudieron este viernes con preocupación a los bancos de alimentos en Florida, ante la posibilidad de que los vales del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP) queden suspendidos a partir de este sábado debido al cierre del gobierno federal, que cumple un mes.
«La gente está muy decaída, deprimida y con bajo espíritu», declaró a EFE Paco Vélez, presidente del banco de alimentos Feeding South Florida (FSF). La crisis afecta a 42 millones de personas en EE.UU., incluidos 10 millones de latinos, que dependen de los beneficios de SNAP para garantizar su alimentación.
El temor se tradujo en largas filas este viernes, que coincidieron incluso con la celebración de Halloween, mientras las despensas se preparan para un aumento significativo de personas necesitadas. Según Vélez, desde octubre, la afluencia se ha duplicado, pasando de 80 a unas 150 personas diarias en las instalaciones de FSF.
Beatriz, residente española en Florida, describió la situación como un «golpe muy fuerte para el bolsillo», debido a que los precios de los alimentos han subido mientras los salarios se mantienen estancados. Emilia Ruiz, otra beneficiaria, añadió que la noticia es «bien desagradable», considerando la inflación y la necesidad creciente en el país.
El banco FSF ya amplía sus instalaciones para abastecer a la nueva ola de beneficiarios y mantiene un servicio de entrega a domicilio para al menos 710 personas mayores, uno de los grupos más vulnerables. La alcaldesa de Miami-Dade, Daniella Levine Cava, advirtió que el 25% de los hogares del condado se verán afectados directamente por la suspensión de los beneficios, que involucra alrededor de 6 millones de dólares del gobierno federal.
Aunque un juez federal ordenó el uso de fondos de contingencia para financiar los cupones de alimentos, mientras el proceso legal avanza muchas familias podrían quedarse temporalmente sin asistencia. Algunos estados ya destinan recursos propios para cubrir la demanda.
Laura Rodríguez, del Center for American Progress Action Fund, calificó de «juego político» la decisión de la Administración Trump de no recurrir a fondos de emergencia para mantener SNAP, afectando directamente a los más necesitados.
Ante la paralización del gobierno, beneficiarios como Beatriz hicieron un llamado a congresistas demócratas y republicanos para que lleguen a un acuerdo rápido y garanticen la alimentación de millones de estadounidenses.
El cierre federal deja en evidencia la vulnerabilidad de millones de familias, que dependen de la asistencia alimentaria para enfrentar la inflación y la crisis económica.








