Washington, 31 oct.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó este viernes que las negociaciones comerciales con Canadá permanecen suspendidas “sin fecha para reanudarse”, pese a los recientes esfuerzos diplomáticos del primer ministro canadiense, Mark Carney, para recomponer las relaciones bilaterales.
El 23 de octubre, Trump interrumpió las conversaciones con Ottawa tras considerar “una provocación directa” una campaña publicitaria del gobierno de Ontario que utilizaba extractos de un discurso del expresidente Ronald Reagan contra el aumento de los aranceles. Aunque el anuncio fue retirado de la radio y televisión, el mandatario estadounidense amenazó con imponer nuevos aranceles del 10% a las exportaciones canadienses, una medida que aún no ha sido formalizada mediante orden ejecutiva.
A inicios de la semana, Carney había asegurado desde Asia que las negociaciones marchaban por buen camino: “han sido muy detalladas, precisas y constructivas”, afirmó, señalando que ambas partes estaban cerca de alcanzar un acuerdo. Sin embargo, tras el incidente mediático, Trump cambió drásticamente de postura, acusando al gobierno canadiense de “falta de respeto” y “manipulación política”.
Durante la cumbre anual de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) celebrada en Gyeongju, Corea del Sur, ambos líderes coincidieron en una mesa de trabajo por invitación del presidente Lee Jae-myung, aunque Trump descartó rotundamente mantener un encuentro bilateral con Carney.
Pese a la tensión, el gobierno estadounidense envió mensajes contradictorios. El secretario de Energía, Chris Wright, declaró el viernes en Toronto, durante una reunión del G7, que el objetivo de Washington es “relanzar las negociaciones con Canadá” y buscar cooperación en sectores como el petróleo, el gas y los minerales críticos.
“El objetivo es relanzar las conversaciones; necesitamos ver una cooperación sólida entre Estados Unidos y Canadá en los ámbitos energético y minero”, afirmó Wright.
Por su parte, el ministro de Energía canadiense, Tom Hodgson, y la ministra de Medio Ambiente, Julie Dabrusin, participaron en la misma reunión ministerial, donde se mostraron abiertos a restablecer el diálogo. En un mensaje a Radio-Canada, el portavoz del Ministerio, Greg Frame, aseguró que Ottawa está “lista para reanudar las negociaciones y continuar la colaboración en energía y recursos naturales”.
Uno de los temas clave en el debate bilateral es el oleoducto Keystone XL, un proyecto de 1.900 kilómetros que busca transportar hasta 830.000 barriles de crudo diario desde Alberta hasta Nebraska. Suspendido en 2021 por decisión del entonces presidente Joe Biden, el proyecto ha recobrado protagonismo tras la reciente visita de Carney a Washington, donde habría planteado su reactivación como parte de un paquete de cooperación energética.
Fuentes diplomáticas indicaron que Canadá podría obtener una reducción de los aranceles estadounidenses al acero y aluminio si acepta impulsar la reactivación del Keystone XL, una obra con alto valor simbólico para Trump, quien intentó reanudarla durante su primer mandato.
Originalmente propuesto en 2008, el proyecto fue bloqueado por el expresidente demócrata Barack Obama y posteriormente aprobado por Trump en 2017. Sin embargo, apenas iniciado su segundo mandato, Biden revocó el permiso presidencial el mismo día de asumir el cargo, alegando preocupaciones medioambientales.
En febrero pasado, Trump reafirmó su intención de acelerar la construcción del oleoducto si logra asegurar un nuevo acuerdo con Canadá, destacando que el proyecto “representa independencia energética y empleos para miles de trabajadores en ambos países”.
Con el futuro del comercio bilateral y la cooperación energética en juego, observadores políticos coinciden en que el pulso entre Washington y Ottawa será una de las pruebas más importantes para la relación entre ambos países en los próximos meses.







