Busan, Corea del Sur, 30 oct. — El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, insinuó este miércoles que su país podría reanudar las pruebas de armas nucleares por primera vez en más de tres décadas, en lo que podría representar un giro radical en la política de defensa estadounidense y un nuevo foco de tensión internacional.
El anuncio, publicado en su red social Truth Social minutos antes de su reunión con el presidente chino Xi Jinping en Corea del Sur, generó reacciones inmediatas en todo el mundo. “Debido a los programas de pruebas de otros países, le he pedido al Departamento de Guerra que comience a probar nuestras armas nucleares en igualdad de condiciones. Ese proceso comenzará de inmediato”, escribió Trump.
Aunque el mandatario no ofreció más detalles durante su regreso a Washington en el Air Force One, sus palabras fueron interpretadas como una señal de ruptura con la moratoria nuclear vigente desde 1992, cuando Estados Unidos realizó su última detonación subterránea.
El Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBT), firmado pero nunca ratificado por Washington, ha sido respetado durante décadas por todas las potencias nucleares, salvo Corea del Norte. Trump, sin embargo, sugirió que otros países estarían realizando pruebas encubiertas, sin presentar evidencia alguna.
Rusia y China responden con advertencias
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, advirtió que Rusia responderá “en consecuencia” si Estados Unidos abandona la moratoria. “Si alguien rompe el acuerdo, Rusia actuará de la misma manera”, declaró, recordando que el presidente Vladímir Putin ya había advertido sobre esta posibilidad.
Peskov insistió en que las recientes pruebas rusas del misil de crucero Burevestnik y del dron submarino Poseidón, ambos de propulsión nuclear, no violan el veto global, ya que no implican detonaciones de ojivas atómicas. “Esperamos que el presidente Trump haya sido informado correctamente sobre esto”, ironizó el portavoz.
Desde Beijing, el portavoz del Ministerio de Exteriores Guo Jiakun pidió a Washington que “cumpla con sus compromisos internacionales” y mantenga la suspensión de las pruebas. “China espera que Estados Unidos respete el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares y se abstenga de escalar las tensiones”, declaró.
Una amenaza a la estabilidad global
El anuncio de Trump llega en un contexto de rivalidad geopolítica creciente con Rusia y China, y revive los temores de una nueva carrera armamentista nuclear. En 2023, Putin ya había revocado la ratificación del CTBT para “igualar condiciones” con Estados Unidos, en un gesto simbólico que ahora cobra renovada importancia.
Trump, por su parte, afirmó que Estados Unidos “tiene más armas nucleares que nadie” y que “si otros prueban, nosotros también deberíamos hacerlo”. No especificó dónde se realizarían los ensayos, limitándose a decir: “Tenemos sitios de prueba. Se anunciarán”.
Fuentes del Pentágono declinaron comentar sobre el tema, y la Casa Blanca no ha emitido una posición oficial, aumentando la incertidumbre sobre la naturaleza real del anuncio presidencial.
Reacciones y críticas
La declaración provocó fuertes reacciones entre organizaciones pacifistas y defensores del control de armas nucleares. Daryl Kimball, director ejecutivo de la Asociación para el Control de Armas de Washington, calificó el anuncio como “imprudente y desconectado de la realidad”.
“Estados Unidos no tiene ninguna razón técnica ni estratégica para reanudar los ensayos con explosivos nucleares. Reactivar el sitio de Nevada requeriría al menos tres años y generaría una ola de oposición interna y diplomática sin precedentes”, advirtió Kimball.
También los sobrevivientes de Hiroshima y Nagasaki expresaron su indignación. Jiro Hamasumi, secretario general de la organización Nihon Hidankyo —galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2024—, afirmó que el anuncio de Trump es “absolutamente intolerable” y “una traición a los esfuerzos mundiales por un planeta libre de armas nucleares”.
Entre la escalada y la contradicción
Pese al tono desafiante, Trump aseguró a los periodistas que busca “una desnuclearización y una desescalada global”, afirmando que mantiene conversaciones con Rusia sobre ese tema, aunque no dio detalles.
Analistas internacionales consideran que el anuncio podría ser una maniobra política destinada a presionar a Moscú y Beijing antes de nuevas conversaciones sobre control de armas, o incluso una táctica de distracción frente a los conflictos internos en Washington.
Lo cierto es que la sola insinuación de reanudar pruebas nucleares ha encendido las alarmas en todo el mundo y amenaza con reabrir una peligrosa era de tensiones atómicas que se creía superada desde el fin de la Guerra Fría.







