MURCIA, 7 agosto de 2025 — La decisión del Ayuntamiento de Jumilla de vetar el uso de instalaciones deportivas municipales para celebraciones religiosas como el fin del Ramadán ha generado una fuerte reacción en la comunidad musulmana local. Para Walid Habbal, coordinador de la Comisión Islámica de la Región de Murcia, esta medida representa “un paso atrás” y ha dejado “en shock” a cientos de familias que ven la resolución como una falta de respeto más que como una decisión política.
“Esta decisión no tiene sentido en una sociedad plural. Más que un ataque ideológico, es un acto de exclusión que transmite un claro mensaje de rechazo”, declaró Habbal en entrevista con EFE. El líder comunitario representa a la UCIDE en Murcia, asociación que agrupa a 168 comunidades islámicas de la región.
Un mensaje peligroso para la convivencia
Habbal lamentó que el ayuntamiento haya optado por la “solución fácil” al respaldar la moción presentada por Vox, que pedía prohibir fiestas musulmanas y manifestaciones culturales en espacios públicos. En lugar de buscar alternativas, como el uso de explanadas o recintos disponibles —como se había hecho en años anteriores con los permisos pertinentes—, se optó por restringir directamente el uso del polideportivo municipal.
Para el representante islámico, esta decisión refleja un trasfondo de rechazo al migrante y genera confusión y tristeza entre las nuevas generaciones: “Queremos que nuestros hijos se sientan orgullosos de sus raíces y que puedan compartir sus tradiciones con naturalidad y sin complejos, igual que sus compañeros celebran la Semana Santa o acuden a misa”.
Referencia al caso de Torre Pacheco
La referencia a Torre Pacheco, donde se vivió recientemente una polémica similar, estuvo presente en sus declaraciones. “Este no era el momento. Torre Pacheco sigue muy presente en la memoria colectiva, y ahora lo que necesitamos es más diálogo y menos confrontación”, señaló Habbal.
El líder islámico insistió en que la respuesta inteligente es abrirse al pueblo español, promover el diálogo interreligioso y reforzar los lazos con la sociedad local. “No podemos permitir que nuestros hijos empiecen a sentir que no pertenecen. Tienen que poder seguir jugando al fútbol con Pablo, Juan o Antonio, sin sentir que su cultura les hace diferentes o menos aceptados”.
Llamado a la responsabilidad política
Habbal cuestionó duramente a los dirigentes que adoptan medidas “sin pensar en las consecuencias humanas”. Afirmó que la convivencia entre vecinos de distintas nacionalidades en Jumilla “iba de mejor a mejor” hasta esta resolución. Ahora, teme que se abra una brecha difícil de cerrar si no se da marcha atrás o al menos se propicia una mesa de diálogo.
“Si queremos vivir juntos en paz, las administraciones tienen que ser garantes de la armonía, no fuentes de discordia”, concluyó.








