BOGOTÁ, 27 julio — Este lunes 28 de julio será un día histórico para Colombia: la jueza Sandra Heredia emitirá su veredicto sobre el juicio penal contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez, quien podría convertirse en el primer exmandatario condenado en la historia del país. Uribe está acusado de fraude procesal, soborno y soborno en actuación penal, y podría enfrentar entre seis y doce años de prisión si es hallado culpable.
El proceso, que ha captado la atención nacional, se remonta a 2012 y ha tenido una compleja evolución legal a lo largo de 13 años. El exjefe de Estado, quien gobernó entre 2002 y 2010, fue investigado inicialmente por la Corte Suprema tras una denuncia suya contra el entonces senador Iván Cepeda. Lo que comenzó como una demanda por difamación terminó dando un giro judicial cuando la Corte desestimó la acusación contra Cepeda e inició una pesquisa contra Uribe en 2018.
Según la Fiscalía, el expresidente —en calidad de «determinador»— habría instruido a terceros para que ofrecieran dádivas o intimidaran a exparamilitares, con el objetivo de que modificaran testimonios incriminatorios. La investigación sugiere que buscaba desacreditar a Cepeda, quien lo había vinculado con grupos paramilitares.
El juicio ha incluido 67 audiencias en cinco meses y una revisión exhaustiva de miles de folios. Las sesiones, algunas transmitidas por redes sociales, han generado una expectativa sin precedentes en la ciudadanía.
La figura de Uribe en la balanza
Uribe, fundador del partido de derecha Centro Democrático y estrecho aliado de Estados Unidos durante su mandato, es un personaje polarizante. Sus seguidores lo consideran el líder que logró debilitar a las guerrillas e impulsar la seguridad nacional. Sus detractores, en cambio, le atribuyen vínculos con grupos paramilitares y violaciones de derechos humanos.
De acuerdo con el informe final de la Comisión de la Verdad en 2022, durante su gobierno más de 6.400 civiles fueron ejecutados extrajudicialmente por el Ejército y presentados como guerrilleros muertos en combate para inflar cifras, un fenómeno conocido como «falsos positivos».
Además, durante su mandato se redujo significativamente el cultivo de coca y se emprendieron ataques estratégicos contra las FARC, lo que sentó las bases para los acuerdos de paz firmados en 2016.
Contexto político y acusaciones de persecución
Uribe fue formalmente acusado en 2024, y su juicio comenzó en febrero, en medio de un ambiente político polarizado. Bajo el gobierno del actual presidente Gustavo Petro, primer mandatario de izquierda en la historia del país, el caso ha tomado impulso. Petro, antiguo integrante del grupo insurgente M-19, es frecuentemente blanco de las críticas de Uribe, quien ahora denuncia una supuesta «naciente dictadura».
Este domingo, en un acto público en Medellín, Uribe comparó a Petro con Fidel Castro y llamó a “arreciar” en defensa de la democracia. Aunque ha descartado postularse nuevamente, su discurso tuvo un tono claramente electoral. Rodeado de simpatizantes, afirmó que Colombia enfrenta una “esclavitud” bajo el auge del narcotráfico y la violencia, y pidió a los ciudadanos “sacudirse” y defender la libertad en las elecciones de 2026.
“Nos toca ahora arreciar. Arreciar con las ideas, con la convocatoria a todos los que creen en la libertad y el orden”, expresó el exmandatario de 73 años.
Un veredicto con impacto regional
El fallo de la jueza Heredia no solo tendrá implicaciones judiciales. Podría redefinir el equilibrio de poder político en Colombia, polarizar aún más al electorado y marcar un antes y un después en el manejo de la justicia frente a líderes de alto perfil. También podría abrir un precedente para futuras investigaciones sobre abusos del poder en América Latina.








