CARACAS, 27 de julio – El senador estadounidense Marco Rubio lanzó este domingo un duro mensaje contra Nicolás Maduro, asegurando que «NO es el presidente legítimo de Venezuela» y señalándolo como jefe del Cártel de Los Soles, una organización «narcoterrorista» que, según dijo, se ha apoderado del país sudamericano para lucrarse con el tráfico de drogas hacia Estados Unidos.
La declaración de Rubio, publicada en su cuenta oficial de la red social X (antes Twitter), coincide con la reciente inclusión del Cártel de Los Soles en la lista de Organizaciones Terroristas Internacionales del Departamento del Tesoro estadounidense. Esta designación, anunciada por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), cataloga al grupo vinculado al chavismo como una amenaza transnacional cuya actividad desestabiliza la región.
«Maduro es el jefe del Cártel de Los Soles… está acusado de introducir drogas en EE.UU.», publicó Rubio, alineándose con la política exterior de Washington que apunta al desmantelamiento de redes criminales ligadas al régimen venezolano.
EE.UU. intensifica presión contra el chavismo
Según el comunicado del Departamento del Tesoro, la estructura del Cártel de Los Soles involucra a miembros de las Fuerzas Armadas venezolanas y altos funcionarios del régimen chavista. La red estaría operando desde los años 90, cuando generales de la Guardia Nacional fueron procesados por narcotráfico. Posteriormente, figuras como Hugo Carvajal y Henry Rangel Silva fueron señaladas por colaborar con las FARC en operaciones conjuntas de droga.
Las investigaciones, encabezadas por el FBI, apuntan a destruir la base operativa y financiera del cártel, que además tendría vínculos con el Tren de Aragua, una organización criminal de origen venezolano con presencia en más de una docena de estados de EE.UU. y varios países de América Latina. Este grupo también ha sido clasificado como entidad terrorista y está implicado en delitos como extorsión, trata de personas y violencia armada.
En marzo de 2020, el Departamento de Justicia de EE.UU. presentó cargos formales de narcotráfico y lavado de dinero contra Maduro, Diosdado Cabello, y otros líderes chavistas. El exministro Tareck El Aissami fue arrestado en 2024 por corrupción vinculada a PDVSA, sumando otra pieza clave al entramado delictivo señalado por Washington.
Elecciones municipales marcadas por el control chavista y la abstención
Mientras Estados Unidos intensifica su presión diplomática y judicial, Venezuela celebra este domingo elecciones municipales para designar a 335 alcaldes y 2.471 concejales, en una jornada marcada por la abstención promovida por la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) y un férreo control institucional por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE), dominado por el chavismo.
Más de 21,5 millones de ciudadanos están llamados a votar en un proceso que también contempla la elección de más de 5.300 proyectos comunitarios y el despliegue de 1.400 observadores nacionales e internacionales. Sin embargo, las denuncias de persecución política y falta de garantías empañan el desarrollo del evento.
En las últimas semanas, al menos diez alcaldes opositores fueron detenidos y otros, como el exalcalde de Maracaibo Rafael Ramírez Colina, fueron sustituidos por figuras afines al régimen. La vicepresidenta Delcy Rodríguez ordenó el cierre de fronteras durante el fin de semana como medida de «seguridad electoral», limitando el tránsito terrestre, aéreo y marítimo hasta la medianoche del lunes.
Oposición rechaza el proceso y exige reconocimiento de resultados presidenciales
La líder opositora María Corina Machado denunció que el chavismo «se quedó solo en las urnas», afirmando que el régimen se sostiene mediante la «represión y el miedo». A su vez, la coalición PUD reafirmó que el presidente electo en los comicios presidenciales de 2024 fue Edmundo González Urrutia, y reiteró su rechazo a participar en procesos “manipulados” por el aparato chavista.
“No reconocemos procesos que sirvan para simular democracia mientras se persigue a los alcaldes y se censura a los ciudadanos”, expresó Machado.
Con el respaldo tácito de figuras clave en la política estadounidense y una creciente presión internacional, el escenario político venezolano entra en una nueva fase de polarización, donde la legitimidad del chavismo es puesta en entredicho mientras el país enfrenta una crisis institucional profunda.








