BANGKOK, 24 julio – Una nueva escalada en el conflicto fronterizo entre Tailandia y Camboya dejó este jueves al menos 11 personas muertas, la mayoría civiles, en medio de intensos enfrentamientos armados que incluyeron fuego cruzado, ataques aéreos y el uso de artillería pesada. Las tensiones se dispararon tras la explosión de una mina terrestre el miércoles que hirió a cinco soldados tailandeses, provocando una reacción diplomática inmediata.
Según las autoridades tailandesas, los combates se desarrollan en al menos seis zonas fronterizas, incluyendo áreas cercanas al antiguo templo Prasat Ta Muen Thom, en la provincia tailandesa de Surin y la camboyana de Oddar Meanchey. La situación obligó a cerrar todos los cruces fronterizos entre ambos países y a Bangkok a retirar a su embajador en Nom Pen, además de expulsar al diplomático camboyano.
Las versiones de los hechos divergen drásticamente. El ejército tailandés afirma que un grupo de soldados camboyanos violó territorio tailandés tras el sobrevuelo de un dron, abriendo fuego sin provocación. Por su parte, Camboya acusa a Tailandia de lanzar primero un dron y abrir fuego, argumentando que su respuesta fue en legítima defensa.
En respuesta al ataque, el ejército tailandés lanzó bombardeos aéreos sobre objetivos militares en Camboya, mientras que Camboya denunció ataques contra infraestructura civil, incluyendo una carretera cerca del templo de Preah Vihear y un hospital en suelo tailandés.
El Ministerio de Defensa tailandés ha declarado que se reserva el derecho a intensificar las medidas de autodefensa si Camboya continúa sus acciones militares, amparándose en el derecho internacional. Por su parte, el primer ministro camboyano, Hun Manet, solicitó una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para detener lo que describió como una «agresión tailandesa».
El balance de víctimas, según el primer ministro en funciones de Tailandia, Phumtham Wechayachai, incluye 10 civiles y un soldado fallecidos, además de 28 heridos. Camboya no ha confirmado cifras oficiales sobre bajas de su lado.
Este nuevo episodio de violencia reaviva las disputas territoriales históricas a lo largo de los 800 kilómetros de frontera compartida, marcadas por reclamos sobre templos antiguos y regiones ricas en recursos. La situación también tiene implicaciones políticas internas, especialmente en Tailandia, donde la primera ministra Paetongtarn Shinawatra fue suspendida tras críticas por su manejo diplomático de una escalada previa en mayo.
Las tensiones entre ambos países vecinos podrían tener consecuencias regionales, en un contexto internacional cada vez más volátil.
