CIUDAD DE MÉXICO, 5 julio.- Una protesta de cientos de personas contra la gentrificación y el turismo masivo que comenzó pacíficamente el viernes en barrios turísticos de Ciudad de México se tornó violenta cuando un pequeño grupo de manifestantes destrozó escaparates y acosó a extranjeros. En las calles de Condesa y Roma se registraron incidentes en los que personas enmascaradas rompieron ventanales y saquearon negocios de lujo, mientras gritaban consignas como “Fuera de México” y “gringos, dejen de robarnos la casa”, exigiendo leyes que regulen el aumento del turismo y la especulación en el mercado inmobiliario.
Posteriormente, los manifestantes se trasladaron frente a la embajada de Estados Unidos y corearon consignas en el metro, situación que obligó a desplegar refuerzos policiales en la zona. Durante la noche, las sirenas antiaéreas resonaban en el centro, marcando un final violento para una marcha que en un inicio se había desarrollado de forma pacífica.
El desfile fue también una respuesta a la creciente presencia de turistas estadounidenses en la capital, fenómeno que ha encarecido los alquileres y desplazado a la población local, especialmente en zonas como Condesa y Roma, reconocidas por su ambiente bohemio y su oferta gastronómica.
Michelle Castro, estudiante universitaria de 19 años y residente del centro de la ciudad, denunció que “la Ciudad de México está pasando por una transformación negativa” debido a la llegada masiva de extranjeros. Según Castro, este flujo de turistas ha provocado un notable aumento en los precios de la renta, sobre todo en plataformas como Airbnb, afectando a los habitantes originales del barrio.
El fenómeno no es aislado, ya que ciudades como Barcelona, Madrid, París y Roma han experimentado protestas similares en respuesta al turismo masivo y la especulación inmobiliaria. Los manifestantes en Ciudad de México subrayan la urgencia de intervenir legislativamente para preservar la identidad y accesibilidad de sus barrios, en un contexto donde el turismo descontrolado amenaza con alterar de forma irreversible la vida urbana local.








