Migración inversa en América Latina: retorno masivo y cambio en rutas por restricciones y crisis socioeconómica

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Redacción América, 2 jul.- Una creciente ola de migrantes en América Latina está revertiendo el tradicional flujo hacia Estados Unidos, con miles de personas regresando a sus países de origen o deteniendo su tránsito, afectadas por la falta de recursos, obstáculos fronterizos y el desencanto con el “sueño americano”. Este fenómeno comienza a evidenciarse en países como Panamá, Colombia, Venezuela, Ecuador y otros.

El endurecimiento de las políticas migratorias en EE.UU., especialmente tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, ha empujado a miles a regresar a Suramérica. En Panamá, la peligrosa travesía por el Tapón del Darién y el alto costo del transporte marítimo frenan el avance, obligando a muchos, principalmente venezolanos, a esperar en condiciones precarias.

Según datos oficiales panameños, desde noviembre de 2024 más de 12.700 migrantes —94 % venezolanos— han transitado en sentido inverso, desde el norte hacia el sur, con un descenso significativo tras un pico en abril.

En Colombia, más de 10.200 venezolanos retornaron a pie cruzando el Darién entre enero y mayo de 2025, enfrentando riesgos como violencia y redes de trata, en un contexto donde las autoridades carecen de mecanismos efectivos de protección.

Venezuela, por su parte, ha reactivado el programa “Gran Misión Vuelta a la Patria”, que ha facilitado el retorno de más de 5.600 deportados desde EE.UU., quienes reciben asistencia médica y apoyo para su reinserción social y laboral con ayuda de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

En Ecuador, la migración se redirige hacia Argentina, con más de 7.700 ecuatorianos emigrando desde inicios de 2025. Perú enfrenta la llegada masiva de venezolanos y limita la atención a migrantes vulnerables debido a la suspensión de fondos internacionales, mientras registra deportaciones de ciudadanos peruanos desde EE.UU.

En República Dominicana, las deportaciones masivas de haitianos indocumentados —más de 153.000 entre enero y mayo— han provocado un incremento en retornos voluntarios, generando crisis humanitarias por la exigencia de documentos incluso en servicios hospitalarios.

Este panorama de migración inversa refleja la compleja reconfiguración de los flujos migratorios en América Latina, marcada por restricciones migratorias, falta de recursos y un contexto socioeconómico adverso, que expone a miles a nuevas formas de vulnerabilidad y a la ausencia de políticas de protección y cooperación regional.

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