Santiago de Chile, 2 julio.- La reciente desarticulación de una red transnacional de lavado de dinero vinculada a la organización criminal Tren de Aragua, que operaba en Chile, ha puesto en evidencia la compleja relación entre las investigaciones judiciales y la rigidez del secreto bancario en el país, una barrera que, según autoridades, favorece el accionar del crimen organizado.
La operación, que concluyó con la detención de 52 personas y el congelamiento de 13,5 millones de dólares, fue calificada como un “duro golpe” policial, aunque también mostró las limitaciones del sistema para rastrear las rápidas y sofisticadas transacciones financieras realizadas por estas bandas. Según la fiscal regional de Los Lagos, Carmen Gloria Wittwer, la velocidad con la que se movían los recursos obligó a buscar herramientas que permitieran seguir el ritmo de las operaciones.
La red operaba mediante sociedades de papel, cuentas bancarias ficticias y criptomonedas, blanqueando ganancias derivadas de delitos como trata de personas, homicidios, secuestros, tráfico de migrantes, drogas y extorsiones, con conexiones financieras hacia países como Argentina, México, Ecuador, Colombia, España, Venezuela y Estados Unidos.
Secreto bancario: obstáculo para la lucha contra el crimen organizado
Chile, junto con Australia, es uno de los pocos países miembros de la OCDE y del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) que exige autorización judicial para levantar el secreto bancario. Esto dificulta la trazabilidad inmediata de los flujos de dinero sospechosos y, por ende, la eficacia en las investigaciones.
El director de la Unidad de Análisis Financiero (UAF), Carlos Pavez, explicó que para identificar irregularidades es fundamental conocer el recorrido completo de las operaciones financieras. Sin embargo, pese a que los reportes de sospechas de lavado crecieron un 296% en 2024, la flexibilización del secreto bancario enfrenta resistencia política: un artículo para eliminar esta barrera fue rechazado por la derecha en el Senado y el Gobierno reafirmó su intención de insistir en la reforma.
El crimen organizado se profesionaliza y se inserta en el sistema financiero
Especialistas coinciden en que las estructuras criminales en Chile han evolucionado hacia modelos fragmentados y profesionalizados, con múltiples actores integrados en amplias cadenas logísticas delictivas. Valeska Troncoso, investigadora del Centro de Estudios sobre Crimen Organizado Transnacional de la Universidad de La Plata, destacó que estas organizaciones actúan como empresas criminales, donde la corrupción, la impunidad y la coerción son elementos clave para su funcionamiento.
Desde la Policía de Investigaciones (PDI), el jefe de la Brigada Investigadora de Lavado de Activos, prefecto Johnny Fica, enfatizó que los delincuentes organizados deben ser vistos como empresarios y sus organizaciones como empresas, que utilizan mercados de capital, productos financieros y servicios modernos para sus actividades ilícitas.
Conclusión
El caso Tren de Aragua ha puesto de manifiesto la necesidad urgente de actualizar y flexibilizar la legislación sobre secreto bancario en Chile para dotar a las autoridades de herramientas ágiles y efectivas para combatir el lavado de activos y la compleja red financiera del crimen organizado. La resistencia política a esta reforma representa un desafío clave para avanzar en la lucha contra estas estructuras que ya no son meros grupos marginales, sino sofisticadas organizaciones empresariales criminales.








