Bogotá, 25 junio.- María Alejandra Prado, amputada de ambas piernas, ha encontrado en la industria del entretenimiento para adultos una oportunidad para salir adelante en un país donde las oportunidades laborales para personas con discapacidad son limitadas. En Colombia, reconocida como un centro neurálgico para las ‘webcamers’, Prado ha utilizado su condición para abrirse camino en un mercado competitivo y lleno de prejuicios.
“El no tener mis piernas es un fetiche para muchos hombres”, explica Prado con una sonrisa. Esta percepción le ha permitido capitalizar y prosperar en un campo que, aunque lucrativo, es a menudo mal visto y rodeado de estigmas sociales.
Prado, protagonista del último episodio del pódcast ‘Sin Sostén’ de la Agencia EFE, destaca la importancia de adaptarse y sobrevivir en un mundo que no siempre es acogedor para las personas como ella. Al crear contenido para adultos en la plataforma OnlyFans, eligió mantener su independencia evitando los estudios ‘webcam’, donde las condiciones pueden ser menos favorables.
“Ellos se quedan con la mayor parte de lo que tú haces”, comenta sobre los porcentajes que toman los estudios, lo que la llevó a trabajar por su cuenta. Esta decisión le ha permitido manejar su horario y obtener una mayor parte de los beneficios de su trabajo.
En Colombia, se estima que hay entre 100.000 y 300.000 modelos ‘webcam’, una industria que mueve al menos 600 millones de dólares al año. A pesar de su tamaño, el sector carece de regulación formal, lo que plantea desafíos significativos en términos de derechos laborales y protección contra el abuso.
Prado es consciente de los desafíos y estigmas asociados a su profesión. “No puedes vivir del qué dirán”, advierte, subrayando la importancia de la resiliencia y la autenticidad en un campo donde el contenido personal es a menudo pirateado y vendido sin consentimiento.
Su historia no solo es un testimonio de supervivencia y éxito económico, sino también un llamado a la acción para una regulación más justa y efectiva que proteja a los trabajadores del sector. Mientras tanto, Prado sigue enfocada en su objetivo a largo plazo: asegurar un futuro estable para ella y su familia.
“Me veo con mi casa, con un negocio, con mi carro y teniendo vida y salud”, concluye, mostrando una visión optimista y determinada para su futuro. Su historia es un poderoso recordatorio de que la perseverancia y la adaptabilidad pueden abrir caminos en los lugares más inesperados.