TORONTO, 25 junio.- En un giro político que pocos anticiparon, Don Stewart, el candidato del Partido Conservador, ha obtenido una sorprendente victoria en el distrito electoral de Toronto-St. Paul’s, desbancando más de tres décadas de dominio liberal. Este resultado no solo plantea dudas sobre el futuro político del primer ministro Justin Trudeau, sino que también podría presagiar un cambio significativo en el panorama político de Canadá.
Toronto-St. Paul’s, considerado un bastión del Partido Liberal, ha sido un refugio seguro para esta facción desde los años 80, incluso sobreviviendo al colapso del partido en las elecciones de 2011. La derrota de Leslie Church, la candidata liberal, por un estrecho margen del 42% frente al 40% de los votos a favor de Stewart, marca un cambio notable en la lealtad de los votantes en este distrito clave.
La elección, que se llevó a cabo el lunes, mantuvo a los votantes y candidatos en vilo hasta bien entrada la madrugada, con un conteo de votos que se extendió más de siete horas. Aunque Church lideró inicialmente, la última tanda de votos inclinó la balanza a favor de Stewart, consolidando una victoria que se podría interpretar como un referéndum sobre la gestión de Trudeau, especialmente en temas de inflación, coste de vida y políticas de vivienda.
Este resultado es un campanazo de alerta para el Partido Liberal, que podría necesitar una introspección profunda y posiblemente cambios de liderazgo para recuperar la confianza del electorado. Además, pone en relieve la capacidad de los conservadores para competir en áreas urbanas, un terreno que había sido esquivo desde 2011.
La implicación de esta elección podría ser profunda para las futuras contiendas electorales, señalando que incluso los escaños considerados seguros para los liberales podrían estar en juego. Esto posiblemente reconfigurará la estrategia del Partido Liberal y de Trudeau de cara a las próximas elecciones federales, donde el liderazgo y la dirección del partido podrían estar en la balanza.
Este resultado podría también fortalecer la posición de Pierre Poilievre y el Partido Conservador en el panorama político nacional, marcando el inicio de un posible cambio en la dinámica de poder en Canadá.